¡Oh Jesús! clavado de pies y manos para salvar al hombre.
Aquí te contemplo con los brazos abiertos
para recibir benignamente a cualquier pecador
que se postre a tus pies, implorando perdón.
Heme aquí, postrado, pidiendo misericordia,
pues estoy arrepentido e implorando
la gracia de jamás ofenderte.
Pero esto es poco; lo que te pido
es que te ame cuanto soy capáz
y que ese amor jamás cese
y siempre crezca hasta
que en la gloria
me una contigo.
Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario